Son tiempos difíciles para los soñadores

No perdáis esa mirada ingenua de quien cree que las cosas se pueden cambiar. De quien una vez soñó con un mundo mejor.

No la perdáis.

No perdáis el brillo en los ojos, la inocencia, la ilusión… No la perdáis.

A algunas personas se les escapa la vida entre los dedos mientras la planifican. A otras, les basta con vivir el día a día sin complicarse su pusilánime existencia… comedores de palomitas. Otros, en cambio, agudizan sus sentidos luchando por sobrevivir en un mundo mal repartido. La gran mayoría. Y unos pocos mantienen intacta la llama interior que les empujaba de pequeños a replantearse las cosas, a rechazar un no por respuesta, a soñar con un mundo mejor, con ser astronautas, con descubrir una vacuna contra el sida, o acabar con el hambre en el mundo con un ¿por qué? como bandera habitando sus corazones. Altas son las metas, y más aún la indómita capacidad del ser humano, cuyas limitaciones son las que se impone a sí mismo.

Yo sueño con un mundo unido, en paz, verde, con alimentos, luz, energía y las mismas posibilidades para todos… …Yo sueño con cambiar el mundo.